Rise of Nightmares es el primer juego que finalizo en Kinect, y es por lejos el más divertido que jugué. No es que haya jugado muchos: también probé Kinect Adventures y Child of Eden, el primero fue entretenido durante un par de horas y al segundo no le dediqué más de 30 minutos de juego.
Si bien GameSpot le da a Rise of Nightmares 5.5 puntos sobre 10, yo me inclino más por apreciar la jugabilidad y la forma en que este título aprovecha la tecnología brindada por Kinect, muy diferentes a las de los otros juegos que probé.